Miro a todos lados y pienso... en qué momento me perdí, dónde me desvié del plan... y estoy así. Tan vacía de lo que yo quisiera y llena de cosas que preferiría cambiar.
¿Hasta qué punto, lo que los demás esperan de mi es lo que vale? y lo más importante ¿dónde soy yo en todo esto?. Me doy cuenta que lo que queda al final, soy yo y esta cabeza que da vueltas.
No soy parte de mi vida.
Me aguanté las ganas de tirar un insulto,de golpear a alguien, de llorar cuando estaba muy triste, o de llorar cuando estaba feliz, no dije cuanto amé y callé muchos secretos que debí decir. No canté fuerte por la calle mi canción favorita, ni saludé con una sonrisa a extraños.
Me aguanté las ganas de tirar un insulto,de golpear a alguien, de llorar cuando estaba muy triste, o de llorar cuando estaba feliz, no dije cuanto amé y callé muchos secretos que debí decir. No canté fuerte por la calle mi canción favorita, ni saludé con una sonrisa a extraños.
Cuando lo pienso, en mi cabeza digo... ¿quién vivió la vida por mi todos estos años?
Y todo lo inconcluso en mi vida, es un caos en mi mente, porque dan vueltas y se amontonan alli todas las palabras no dichas, las sonrisas no entregadas, las lágrimas guardadas, el corazón roto, o el que ha vuelto a amar. Todo está alli, pero yo no estoy.
El fin del revoltijo mental es este: Todo lo que fué, ya no existe. No hay oportunidades para ayer, hay oportunidades para hoy , metas para mañana y sueños para pasado mañana.
