25 de mayo de 2011

*Última carta


¿Por qué te dije adiós?
miro hacia atrás
y veo tus ojos tristes
lanzando un lamento de amor;
tu boca...
con gusto a desesperanza quizá;
tus manos inexpresivas,
las mismas que antes me acariciaban,
ahora ya no están...
se han ido,
y me temo que para siempre.

Veo hacia atrás y revivo aquel momento:
Tu mirada se clavó en la mía,
causando dolor
y martillando en mi miseria
cuando te dije que no podíamos seguir,
que no podíamos estar juntos,
que ya no podíamos vernos más,
frenando yo misma,
mis locos deseos de besarte.

Sé que ya no vale la pena decirlo,
porque no leerás esto, pero
aunque pienses lo contrario
mis propias palabras
terminaron por ser
mi sentencia.

¿Cómo explicarte
que no podíamos estar juntos
aún amándote yo?
Sí..., amándote...
Hay cosas que se callan
para hacer menos doloroso el momento.

¿Cómo te iba a decir
que encontrarías a alguien mejor que yo,
sin hacer esfuerzos
sobrehumanos para no llorar?

¿Cómo decirte
que iba a acabar
de todas formas,
por la razón que te di?

No espero que me perdones,
sólo quería despedirme,
ya que cuando hablamos...
no lo hice bien.

Quizá diciéndolo ahora
dolería menos... pero...
no fue así.